Desde que el rey Luis XIII puso a Francia bajo la protección de la Virgen María en 1638, la fiesta de su Asunción, el 15 de agosto, se celebra con especial solemnidad: se organizan procesiones por todas partes, con música y cánticos a María.
Eso es lo que vivimos el 15 de agosto en Lantic, una pequeña localidad situada a unos 20 km de Saint-Brieuc, Francia. Allí se alza una magnífica capilla construida en el siglo XV, dedicada a «Notre Dame de le Cour» (de los Ángeles). Es allí donde los marineros de la cercana Côte du Goélo* acudían a pedir protección a la Virgen antes de ir a pescar bacalao a Terranova.
Fieles a la tradición, los nativos de esta región que los negocios o las relaciones retienen en otros puntos de Francia, regresan al país para rezar a María en el Perdón del 15 de agosto. Locales y vecinos, éramos muchos los que caminábamos detrás de cruces y estandartes, a veces por caminos forestales de tierra, a veces por carreteras asfaltadas y bajo un sol ardiente. Invitados, mediante una lectura apropiada, a tomar los «caminos de la reconciliación», nuestra marcha, acompañada en un momento por la bagad* de Saint Ké y en otro por oraciones y cantos a María, estuvo salpicada de paradas propicias para una reflexión bien guiada. Así, en una de ellas, deseamos «la paz de Cristo» a una persona que no conocíamos o con la que no habíamos hablado desde hacía mucho tiempo… ¡Sorpresa! Mi vecina, una desconocida que vive en el sur de Francia, conocía a una Hija del Espíritu Santo, «muy simpática, llamada Marianne». La identificamos… La reflexión, el gesto y el testimonio nos exhortaban así a vivir como «hermanos y hermanas universales», sin excluir a nadie, independientemente de su práctica o creencia…
De vuelta a la capilla tras una hora y veinte minutos de caminata, se bendijo a los niños y se entonó un último canto a María, Nuestra Señora de la Corte: «Como última gracia, garantía de la paz eterna, haz que en este mundo donde todo pasa, nuestro amor nunca pase».
Que la oración a María, intensificada en este 15 de agosto, obtenga del Cielo la reconciliación entre los pueblos y una vida más armoniosa entre nosotros.
Por Armandine BAGOT, FSE. Publicado el 19 de agosto de 2025
Fotos : Jean-Louis KERVIZIC, Asociado
* Côte du Goélo: un concentrado de Bretaña entre el campo profundo y los acantilados escarpados
* bagad: un conjunto musical bretón