Fue una experiencia muy bonita formar parte de la comunidad de Phariyago en Diébougou, en BURKINA FASO. Después de pasar un tiempo de aprendizaje e integración en la vida de la Congregación de las Hijas del Espíritu Santo, se me dio la oportunidad de vivir, palpar y afrontar la realidad de la vida comunitaria, la misión y la vida de oración.
De mi experiencia en Phariyago, diría que esta comunidad es especial, muy dinámica, práctica, fraternal, sencilla y abierta. Sus miembros: la hermana Nathalie KAM, en misión en el Centro de Salud; la hermana Edith YAMEOGO, en la escuela primaria Saint Jean; la hermana Delphine SOME, en el instituto Saint Jean, y la hermana Clémentine TAPSOBA, en Mater Christi, están muy comprometidas con las actividades parroquiales… Abiertas a todos, su cercanía muestra lo que son para la población. Como novicia, me integraron en los diferentes servicios: primero en las actividades comunitarias, como el huerto, el gallinero, la cría de ovejas y cabras; luego en el instituto Saint Jean, en la clase de 5º; y, por último, en el centro de salud, para pesar a los niños y vacunarlos. También me encargué de la catequesis de los niños de la parroquia, todos los sábados.
«Nunca estarán ociosas». En esta comunidad, las hermanas siempre están trabajando y encuentran la manera de desarrollarse con espíritu creativo. Cuidan las ovejas fuera de la comunidad y descascarillan cacahuetes para la siembra de la temporada de lluvias. También se dedican a la agricultura. Como mujeres ingeniosas y generosas, siempre han compartido el fruto de su trabajo, por ejemplo, los mangos…
En resumen, la comunidad de Phariyago es una comunidad activa y práctica en todos los sentidos, muy comprometida con diferentes actividades y misiones, con una fuerza que recibe de Dios cada mañana en la oración.
ZEMDE Edith, novicia al final de su periodo de prácticas en la comunidad de Phariyago.
Publicado el 23 de junio de 2025.
