Peregrinos sí: para EL JUBILEO NACIONAL DE LA VIDA CONSAGRADA, los días 6 y 7 de septiembre, bajo un sol radiante, subimos los 222 escalones hasta la basílica de Montmartre en París, junto con un millar de personas consagradas procedentes de todos los rincones de Francia.
¿Peregrinos de esperanza? Allí arriba, dos voces entrecruzadas nos invitaban a la confianza, porque el camino de la paz es un camino de humanidad, de fe, de fraternidad, un camino que no se recorre solo, sino en comunidades con rostros muy diversos. La pequeña llama de la esperanza brilló durante todas esas horas.
El segundo día de nuestra peregrinación, una lámpara de tormenta recordaba a nuestro pequeño grupo, que caminaba hacia Saint Sulpice, que un Amigo nos acompaña y también que los pasos se hacen más lentos a veces debido a las piedras y al viento…: un transeúnte la volvió a encender durante una parada en una plaza.
La alegría de conocernos, de intercambiar con confianza, la esperanza se alimenta de estos encuentros humanos, sencillos y auténticos.
Peregrinos en el camino de la paz: De todas las formas de vida consagrada*, estas mil personas nos parecieron testigos, a lo largo de las calles y en el corazón de las celebraciones, de una posible unidad en la diversidad.
Todos los consagrados realizaron un mosaico, pegando cada uno una pieza para expresar esta unidad.
«Señor… que mi esperanza sea viva y radiante, y que a través de ella pueda dar testimonio de tu amor al mundo» (Oración durante la marcha).
Anne-Geneviève y Marie-Thérèse, Consejo Provincial Francia-Bélgica – Saint-Brieuc.
Publicado el 12 de septiembre de 2025
*Formas de vida consagrada presentes:
– Vida religiosa apostólica y monástica – Ermitaños – Institutos seculares – Viudas consagradas – Vírgenes consagradas – Laicos consagrados en asociaciones de fieles.