Pusieron a Dios en primer lugar

Esa tarde de domingo, 28 de septiembre de 2025, en la iglesia Saint-Malo de Dinan, en Côtes d’Armor (Francia), se reunió una gran multitud en respuesta a la invitación dirigida a los amigos del matrimonio La Garaye, Claude Toussaint de la Garaye y Marguerite Picquet de la Motte. Allí tuvo lugar una representación de su historia con la participación del grupo musical AVELIG.
Esta invitación recordaba el motivo del interés por esta pareja: «El 22 de septiembre de 2024 se abrieron las investigaciones para la causa de beatificación de los esposos La Garaye. En el siglo XVIII, esta pareja de gran fortuna trabajó durante más de 40 años al servicio de los pobres. Su castillo en Taden (situado a 2 km al norte de Dinan) se convirtió en un hospital:  cambiaron la vida de los habitantes y contribuyeron al avance de la medicina. Pero, sobre todo, pusieron a Dios en primer lugar y se convirtieron en transmisores de la fe. Los pobres eran sus hermanos en Cristo».

 La puesta en escena de esta historia, interpretada por varios actores, estaba compuesta por música, relatos y canciones de gran calidad, ilustrados con fotografías de la pareja, del castillo de Taden y de sus alrededores. A la muerte de su padre, Claude se convierte en el único heredero del castillo, la fortuna y el título de conde. A partir de entonces, su vida se convierte en un sinfín de placeres: recepciones, música y, sobre todo, partidas de caza con perros, en las que también participa Marguerite.
En 1702, tras el grave accidente de caza de Marguerite, sus vidas cambian. Con música de fondo, la narradora evoca las reflexiones del conde: ante la fragilidad de la vida, comienza a plantearse preguntas esenciales que se recogen en una canción atribuida al conde: «En la vida, buscar un rayo de luz, un corazón abierto, una canción que me emocione, Dios está ahí».
En 1710, nuevo golpe duro, la hermana del conde acaba de dar a luz; unos días después, su marido se derrumba. Claude acompaña a la familia y profundiza en su reflexión: ¿Cómo ser feliz? ¿Dónde está el secreto de la felicidad?  Una canción responde: «Dios, tú eres quien unifica, quien me sostiene, quien me guía. Me has dado la alegría de saber quién soy y, a través de Ti, quién seré. Oh, oh, oh, Tú me amas, a través de Ti me convertiré…». Marguerite comparte su trayectoria.
La muerte dio sus frutos. Ambos cuestionaron su vida de placeres, decidieron renunciar a su vida de vanidad y buscaron concretamente la felicidad. Para iluminar su camino, cada uno por su lado, decidieron tomarse un tiempo para un retiro espiritual. A su regreso, ambos decidieron dedicar su vida a los enfermos y a los pobres. A continuación, se canta una canción con el estribillo «Sus «sí» se unieron para formar uno solo. Mirad… ¡Mirad!». Nada más regresar a Taden, transforman el castillo: se vacían los establos, se venden los caballos y estas instalaciones se convierten en un hospital para acompañar a los enfermos y acoger a los pobres. Marguerite prepara las comidas y se encarga de la limpieza.
En 1714, Claude decide formarse para cuidar a los enfermos con competencia, preparar remedios… Entonces, desde la capilla del castillo, se oye el himno «Ubi caritas et amor, Deus ibi est…». El coro lo repite esta noche en la iglesia de Dinan con toda la congregación.  A continuación, se entonará el canto de acción de gracias: «Feliz tú que lo has hecho, mi vida se convierte en sal y luz…».

La pareja permanece abierta a la vida que les rodea: en «Petit bon espoir» abren una escuela para niños, confiada a las Hijas del Espíritu Santo, que han respondido a la llamada del conde y abandonan por primera vez la casa de su fundación en Légué (cerca de Saint-Brieuc).
El conde crea puestos de trabajo para los pobres de Taden, donde lo humano cede el protagonismo a lo divino… Rezar juntos al Dios del amor y la bondad forma parte de su vida cotidiana.

Y es al escuchar cantar la letanía de los santos cuando la asamblea da testimonio de la santidad de los esposos La Garaye.
La velada termina con la lectura de Mateo 25: los gestos concretos que allí se mencionan invitan a volver a los realizados por los esposos La Garaye… A continuación, la asamblea se une a los actores para una oración habitual a Claude y Marguerite.

Una velada extraordinaria que permite a los participantes compartir la alegría y la luz de esta pareja, su profunda admiración ante una conversión tan radical, así como su acción de gracias.

Jeanne LANDURḖ, HES. Publicado el 1 de octubre de 2025.