Costosa pero también salvadora…

Del 24 al 27 de marzo de 2024, nosotras, las jóvenes religiosas de la viceprovincia de BURKINA FASO, tuvimos nuestra segunda sesión del año sobre la obediencia cristiana y religiosa, animada por Sor Christine DIDJA, responsable del postulantado de Diébougou.

La sesión, vivida en un clima de confianza y de compartir ricas experiencias, nos iluminó en nuestro seguimiento de Cristo obediente. Habiendo comprendido que la verdadera obediencia es a la vez costosa y salvadora, se nos invita a vivirla como un compromiso personal, libre y consciente, poniendo en ello todas nuestras energías. De este modo hacemos que nuestra obediencia sea activa y responsable.
La obediencia religiosa nos invita a cultivar un mayor espíritu de escucha y discernimiento ya que, según nuestra Regla de Vida, el Espíritu nos habla de muchas maneras. A través de nuestra consagración como Hijas del Espíritu Santo, esta Regla, aprobada por la Iglesia, habla de la obediencia religiosa en diferentes niveles. Así, para lograr una mayor armonía en nuestro interior y hacer agradable la vida en comunidad, estamos llamadas a obedecer a nuestros responsables locales. El don de la obediencia nos es dado para la edificación del Cuerpo – congregación que se expresa a través de la comunidad como una gracia y un valor a vivir.

El acompañamiento espiritual es una manera de escuchar al Espíritu y de reafirmarnos en nuestro propio crecimiento como seguidores de Cristo. El deseo de ser acompañado, la apertura a Dios y al acompañante son disposiciones que liberan y salvan a los acompañados en su propia experiencia personal.

En definitiva, la obediencia es una gracia que hay que pedir en la vida cotidiana y un don que hay que recibir. Que en cada momento veamos la obediencia como un partido que se juega en el campo de la vida cotidiana: el balón representa el amor y la caridad, la red simboliza el perdón, el Evangelio como árbitro, la Regla de Vida y todos los documentos y cartas de la congregación como primer juez. No olvidemos que el tiempo del partido es toda una vida… ¡en lugar de 90 minutos!

«El Espíritu llama a los creyentes a vivir libremente en Jesucristo, sirviéndonos unos a otros en el amor». (Regla de Vida art 29, 1)

Hermana YAMEOGO Kiswendsida Edith. Publicado el 28 de marzo de 2024